jueves, 24 de abril de 2014

Desapariciones

 
El eco que producen las olas tiene un sonido incomparable, el tranquilo fluir del agua bajo mi insomne cuerpo le proporciona una paz milagrosa. Camino sin prisas mientras mi alma se integra a la arena. Una niña llena una botella —transparente — con medusas, caracoles y mis sueños. Me lleva entre los dedos infantiles de pies y manos, pero con obediencia fugaz me devuelve a la tierra y al mar. Entonces la marea me arrastra hasta la profundidad del abismo y ahí desaparezco para siempre.

1 Comentarios:

A la/s 28 de junio de 2014, 10:15 p.m., Blogger Angélica Luna dijo...

Y regresa el Insurgente

 

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