Suicidio asistido
Lamentablemente fue un suicidio por lo que no hay nada que hacer, dijo
el teniente González mientras prendía su décimo cigarro del día con la colilla
del octavo. Miren el cuerpo como oscila de forma irregular, se mece de derecha
a izquierda, es la marca distintiva del suicida. Sus desorbitados ojos no reflejan
el mínimo remordimiento. Cuido todos los detalles. La soga gruesa y aceitada
para que pudiera resbalar suavemente alrededor de su cuello. Se nota que hasta
el último momento mantuvo las formas; el traje colgado en un gancho, la camisa
sin una arruga, solamente vean los zapatos recién boleados, reflejan la
inmaculada ropa interior que cubren las vergüenzas del ahora occiso. En la mesa
está la carta suicida, escrita en el papel más fino con una excelente
caligrafía, sin las odiosas faltas de ortografía de los que han decidido
quitarse la vida. Es increíble que una persona tan educada haya tomado el
camino fácil. Aunque no lo juzgo, pero uno nunca deja de sorprenderse en este
trabajo. No lo bajen todavía hay que esperar la llegada del forense y los
peritos, mientras pongan las cintas amarillas para delimitar la escena del
crimen. Notaron que me no me pierdo ningún capítulo de CSI. ¿Vieron el de esta
semana? ¡Estuvo buenísimo! ¿Qué mira detective Medina? ¿No le ha gustado la
descripción que he hecho? Siga por ese camino y terminará en un crucero
cuidando el tránsito bajo este calor infernal. No me importa si tiene un balazo
en la sien derecha. ¿Dice que era izquierdo? La respuesta es sencilla cuando se
tienen los más avanzados conocimientos en criminalística. Aprenda. Puede que se
haya disparado mientras se colgaba o se
colgó mientras se disparaba y en la confusión olvidó que era zurdo.
2 Comentarios:
¡Buenísimo!
Muchas gracias. Un abrazo.
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