martes, 13 de enero de 2015

Odio que mi corazón sea un desierto

Puedo afirmar con convicción y sin temor a equivocarme que, vivo en el paraíso imperfecto de mis realidades dentro de un mundo de sueños incumplidos. En días nublados disfrazo, de indigente, mi ser para deambular con paso inseguro hacia la benevolencia de alguna buena alma. Entonces, dejo que mi corazón se convierta en un enorme huerto, cuyos frutos florecen durante el tiempo en que el amor pueda mantener fértil el campo de mis ilusiones. Utilizo estas metáforas para no enfrentarme a la pobreza de mi espíritu. No sé amar, por lo que cada vez que termino con alguien que me ofrece sus sentimientos; crece, dentro de mí, un odio que convierte en desierto las parcelas sembradas.

0 Comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]

<< Página Principal