Odio que mi corazón sea un desierto
Puedo afirmar con convicción
y sin temor a equivocarme que, vivo en el paraíso imperfecto de mis realidades dentro
de un mundo de sueños incumplidos. En días nublados disfrazo, de indigente, mi
ser para deambular con paso inseguro hacia la benevolencia de alguna buena
alma. Entonces, dejo que mi corazón se convierta en un enorme huerto, cuyos
frutos florecen durante el tiempo en que el amor pueda mantener fértil el campo
de mis ilusiones. Utilizo estas metáforas para no enfrentarme a la pobreza de
mi espíritu. No sé amar, por lo que cada vez que termino con alguien que me
ofrece sus sentimientos; crece, dentro de mí, un odio que convierte en desierto las
parcelas sembradas.
0 Comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]
<< Página Principal