La espera
Una docena de metros me separa del camino. Puse las
señales en procesión simétrica, equidistantes una de otra para que las veas con
facilidad. Tienes que pasar en cualquier momento. Mientras espero, la primera
nevada cae sobre mis hombros pero me niego a sentir el frío. Escribí algunas
indicaciones para que me encuentres fácilmente. Recuerdo el verdor de este
lugar, incluso las veces que nos perdimos con el propósito de encontrarnos. Te
confieso que llevo días esperándote y no me he movido pese a las inclemencias
del clima. Hace horas que no puedo levantarme, me he quedado sentado con los
ojos abiertos y los labios cerrados. Mientras el musgo crece alrededor de mí y
mis hojas se congelan lentamente. Estoy seguro que te esperaré, pacientemente,
hasta la próxima primavera.
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