miércoles, 17 de febrero de 2016

El tierno abrazo de la muerte



La noche esta endemoniadamente fría señor Presidente, es como si la muerte se estuviera apersonando para llevarnos directito al otro lado. Lo que más siento es no haber terminado de leer su libro, se acuerda, aquel que usted escribió y nos regaló a sus más cercanos amigos y colaboradores. Pero, alguno de esos espíritus, con los cuales se comunicaba, pudieron darle el pitazo para estar prevenidos y en vez en estar aquí, estaríamos bien calientitos en nuestras casas… posiblemente lo traicionaron en contubernio con el “Chacal” para que nos perjudicara… no lo cree posible… usted siempre tan confiado… siempre con sus dudas. No cree que exista la muerte, pero se siente tan cerca que hasta la puedo escuchar, empieza con un susurro y termina con un escalofrío en la espalda. Si hubiera hecho caso a las advertencias de su hermano, en este momento estaríamos tomando coñac mientras redactábamos las ordenes de ejecución para los traidores. No me diga que los perdonaría… usted nunca va a aprender, por eso mismo, estamos en esta encrucijada. Mire a mi general, tal parece que tiene una pesadilla, aunque creo que es el único que saldrá vivo de esta conspiración… pero no hay marcha atrás, lo sé muy bien… lo hecho, hecho esta. ¿Cree que reencarnaremos en algo superior? Usted continúa siendo un soñador a pesar de las circunstancias. Yo solo espero que sea rápido para poder irme a reunir con mis muertos… confío en no verme en la necesidad de regresar de nuevo a este mundo, ya tuve suficiente, pelee por mis ideales y seguí ciegamente un sueño que se viene desdibujando al paso de las horas. ¿Escucha los pasos que vienen hacia nosotros? Señor Presidente, siento muchísimo frio, es como si estuviera recibiendo el tierno abrazo la muerte.

Señor lo esperan los militares para iniciar los festejos patrios… no me diga que otra vez está escuchando voces en este cuarto… son las sombras del pasado que continúan sin encontrar descanso, pero no se preocupe hoy el país está en paz. Solamente algunos brotes de descontento, los cuales hemos sofocado con toda la fuerza del estado. Se nos ha pasado la mano y nos hemos llevado inocentes, pero usted conoce perfectamente que el progreso se construye sobre los mártires. Por eso esperamos a que terminaran de comer la rosca de reyes. No somos barbaros, después de todo hay que respetar las tradiciones del pueblo. Escucho detonaciones… parecen balazos, tírese al suelo… agáchese… no levante la cabeza… lo siento tanto señor, pero yo también he escuchado los susurros de los espíritus y ellos me han reclutado, por así decirlo, para dirigir la insurrección… “los traidores echaron muy bien su trazo y para vengar rencores idearon un cuartelazo” …

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