viernes, 4 de marzo de 2016

Salio de su casa aquella noche

Salió de su casa aquella noche, como todos los días, con el corazón trepidante en busca de algo que la hiciera sentirse viva, aunque fuera un instante. Caminó deprisa sumergida en el humo eterno de los autos y entre los rostros congelados por el cansancio cotidiano. Respiró y por solo un minuto pudo liberarse de la punción del pecho, luego, al exhalar, sintió como se ahogaba lentamente hasta la locura. A pesar de las piernas entumidas por el frio y de la risita contenida en amargados labios, continuó su camino hasta aquella esquina perdida de los suburbios.

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