El amor
El amor produce un gran
alboroto cada vez que aparece. Es como un sobreviviente a diluvios, terremotos
y glaciaciones, a todo tipo de desastre natural, Se mantiene vivo con
frivolidad de razones, pero es espontáneo, es el más natural y libre de la historia
del espíritu. Carece de leyes naturales que pudiesen irremediablemente atarlo a
la tierra. Es un sentimiento cuya irresistible virginidad florece en cada
estación. Amamos como si fuéramos inmortales. Sin embargo, tiende a debilitarse
por lo que debe apuntalarse constantemente pues, a pesar de su fuerza, tiene un
andamiaje frágil. Cierto, puede volverse a construir, de tantos males
imaginarios, con mayor cohesión y tenacidad inquebrantable. Pero cuando caes
enamorado toda prevención es inútil, olvidas los prejuicios y por curiosidad, sencillamente,
olvidas las querellas y te hundes al fatalismo del amor.
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