El antro
El antro era mucho más
estrecho de lo que parecía. En el momento de poner un pie una sensación
claustrofóbica surge como reclamo. Los paisajes tratan inútilmente de compensar
la ausencia de espacio. El lugar tiene un aliento cálido propiciado por
conversaciones ebrias y los vapores impregnados de los cigarros. Es un desafío
estival permanecer más tiempo del debido, pero me gusta saborear las cosas en
la oscuridad. Saborear el aroma malsano es como un bálsamo para un oficinista.
Por eso, entre las parejas apretujadas, pedí, casi a gritos, dos cervezas bien
heladas.
0 Comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]
<< Página Principal