miércoles, 8 de junio de 2016

Un cuento para estos días



Cierto, la magia está desapareciendo de este mundo, aun los charlatanes de banqueta han perdido seguidores. Por una sencilla razón, sus trucos han dejado de engatusar a miles de curiosos, quienes, alguna vez ávidos de entretenimiento, han optado por perderse en la brillante pantalla del celular. La tecnología está ocupando aquellos sectores del cerebro donde, sin duda, habitaba el miedo y el temor a lo desconocido. Por eso, pasaron totalmente inadvertidos cuando fueron apareciendo monstruos, demonios, engendros, gnomos, sirenas, dragones, fantasmas, sátiros, brujas y vampiros.

Claro, yo era uno de esos escépticos, un agnóstico infeliz dedicado al trabajo y también, porque no decirlo, un ávido consumidor de placeres mundanos. Pero algo me cambio, no sé cuándo, lo atribuyo a la perdida de mi celular. Libre del encantamiento digital, observe a infinidad de sátiros acosando a las mujeres en estaciones de trenes, camiones, centros culturales y parques. La policía no se daba abasto, al tratar de detener a estos infractores de la ley, terminaba huyendo despavorida, pues los hijos de Pan cargaban con la preciada presa y desaparecían entre las pocas zonas arboladas de la ciudad.

No podía dormir por el miedo a los monstruos que habitan debajo de mi cama. La luz permanecía encendida toda la noche, incluso durante el día, pues de cualquier espacio oscuro, los fantasmas diurnos me tomaban del cuello hasta casi asfixiarme. No me atrevo a contestar el teléfono, el cual suena cada cinco minutos, aun desconectado. Quizá sea la voz de un ancestro que llama solo para asustarme o cobrarme. En las calles la cosa se pone peor, pues tengo que alejarme de los quicios oscuros para no ser desmembrado por un solitario zombi. También tengo que cargar crucifijos, ajos, cuchillos de plata, agua bendita y toda clase de brebajes y sortilegios para ahuyentar a hombres lobo y vampiros chupa sangre.

Apenas me di cuenta que nuestro alcalde es un dragón verde con escamas doradas, quien ha disuelto manifestaciones con infinita crueldad. Arenga a los opositores a su gobierno a marchar de manera pacífica y ordenada, pero apenas y arriban al palacio de gobierno, y con el sadismo propio de los escupe fuego, los convierte en grotescas figuras chamuscadas. El dragón mando construir un pozo alrededor del palacio municipal y levanto almenas y torres para darle un toque medieval. Incluso, rapto algunas doncellas para que representaran el papel de damas en desgracia, con el fin de atraer a caballeros y representar con ellos épicas batallas. 

En fin, espero que esta semana me entreguen mi nuevo celular, necesito perderme, olvidarme, diría yo, dentro de las imágenes discordantes del descontento social, o en caso contrario engrosare las filas de los suicidas. Quiero, nuevamente, sumergirme en las palabras acaloradas de los marginados sociales, quienes, en el anonimato, buscan aumentar el mal humor social. No importa la dependencia mortal, ni la degeneración de mis células neuronales, ni la inflamación de tendones, ni la pérdida de visión, porque de esta manera me mantendré ocupado para no darme cuenta de los demonios que gobiernan mi mundo.

0 Comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]

<< Página Principal